¿Cómo se comporta el suelo? La importancia de estudiar el suelo para elegir la entibación correcta.
A diferencia de los demás materiales que intervienen una obra, el suelo no es una sustancia homogénea. Existen diferentes tipos de suelos con diferentes características, por esta razón es de vital importancia conocerlo y estudiarlo para poder elegir la entibación que mejor se adapta a cada tipo de suelo. De esta manera se garantiza no solamente la correcta realización de la obra misma, sino también la seguridad de trabajadores, edificaciones y del entorno próximo.
Irregularidad de las características del suelo.
Mientras el acero tiene unas propiedades bien definidas y garantizadas mediante el control de su proceso de fabricación, de acabado y de ensayos, el suelo no está fabricado con unas características concretas e iguales en todos sus estratos. Por lo tanto, es importantísimo realizar estudios para conocer las características del suelo en el que se va a trabajar. Las condiciones del suelo se estudian mediante investigaciones de campo y estudios “in situ”. Posteriormente, se analizan las muestras en un laboratorio de suelos. Solamente después, el ingeniero especialista estará en condiciones de estudiar los resultados de los análisis y asignar al suelo unos valores. Las diferentes clases de desprendimiento del suelo dan información sobre su solubilidad pero no permiten llegar a ninguna conclusión sobre la acción de las cargas y sus efectos.
Los suelos se clasifican en cuatro tipos:
- suelos cohesivos: arcilla, aluvión;
- suelos no cohesivos: arena, gravas, piedras;
- suelos granulares mezclados: arena arcillosa, limo, marga;
- rocas, basalto, gneis, arenisca, dolomía.
El suelo como un sistema en equilibrio.
Al desaparecer el apoyo que suponía el suelo extraído, una excavación introduce en el sistema un factor de desequilibrio. El ángulo del talud natural del terreno (el ángulo f Phi) tiene una importancia significativa, cuando dicho ángulo de rozamiento se sobrepasa, el suelo rompe impredeciblemente, fuera de control. Los trabajadores que estén en el interior de la zanja podrían quedar sepultados y la obra podría sufrir daños considerables. Es conveniente tener en cuenta las carreteras cercanas y la posibilidad de que circulen en la obra grúas y excavadoras.
Zanjas sin entibar y problemas de estabilidad.
La estabilidad de una zanja sin entibar se puede ver alterada por factores sobrevenidos como por ejemplo roturas y grietas debidas a una parte escabrosa y quebradiza, un terreno flojo, sacudidas, una zona tensionada, suelo empapado o muy seco. La función de una entibación es soportar todas las cargas que inciden en el terreno. Es por eso que se necesita un asesoramiento de expertos en la materia para que realicen un estudio y lleven a cabo un plan para realizar la entibación de manera segura y eficiente.
La importancia de elegir la entibación correcta.
Como hemos visto, el suelo es una sustancia no homogénea, con características muy distintas según su composición. En este contexto, una excavación que retira parte del suelo introduce un elemento de desequilibrio que hay que compensar. Es por eso que elegir la entibación correcta representa un factor clave tanto para garantizar la buena ejecución de la obra como para asegurar la incolumidad de operarios y edificios. La entibación debe soportar una combinación de cargas que pueden variar dependiendo de diferentes factores, tales como:
- cargas debidas al suelo;
- aguas subterráneas;
- edificaciones próximas;
- cargas circulantes (grúas, tráfico, tranvías y maquinaría).
Por lo tanto, es primordial conocer la naturaleza y el comportamiento del suelo, además de realizar una evaluación correcta de las cargas, para la elección acertada de la entibación.
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